La injusticia universal: La envidia del no ciudadano

"La envidia del no ciudadano" es un excelente artículo de una periodista rosarina. Al leerlo me parece estar leyendo la descripción de alguna sociedad del s. XIV (u otro siglo medieval), imagino la pobre gente andrajosa, trabajando para sostener la grandeza del señor feudal, pero siempre endeudada, siempre acosada por los recaudadores de impuestos, hasta que, al perder el derecho de cultivar, pierde también el de alimentar a su prole. Gente que, cada tanto, cuando no podía más, se sublevaba violentamente. Gente de a pie, con palos y piedras, que no pedía derechos, sino pan; batiéndose contra enormes caballeros espadachines (eso hasta que vinieron los cañones y las armas de fuego, mucho más efectivas y eficientes).
La envidia ha existido siempre, y la gente que no tiene nada, lamenteblemente, siempre ha convivido con aquellos que tienen mucho, poco o demasiado. Y siempre ha intentado unirse para sobrevivir, aún recurriendo a la violencia.

La injusticia es universal

La historia ha juzgado: "La culpa es de los que más tienen, por no compartir sus riquezas", o bien: "La culpa es de los que no tienen nada, pues son más débiles y holgazanes". La visión del mundo se dividió en dos: victimizar a los pobres, o criminalizarlos.

Pero en esa época no había Estado, sino ley del más fuerte; no había derechos ni ciudadanos, sino servidumbre a un señor... Lo que hoy pone las cosas mucho peores que en la Edad Media, es que hoy el discurso oficial es el de la democracia y los derechos, QUE NO EXISTEN EN LA REALIDAD!!! Los derechos no se aplican, aunque se vean muy bonitos en sus declaraciones. Lo cual irrita mucho más los ánimos de aquellos que se encuentran marginados de todo, y aún se les sigue diciendo que son ciudadanos, y aun se les sigue pidiendo que voten, y aun se les sigue engañando y explotando. Se les usa clientelisticamente, abusando de su ignorancia y de sus necesidades.

No estamos mejor que en la Edad Media. En aquella época la virtud de la nobleza y el clero (entre los cuales se encontraban los únicos intelectuales) era sostener un discurso ideológico convincente, fundador de la desigualdad entre los hombres, y lo aceptaran o no, es así: "Ustedes, los pobres, no tienen derechos, y punto". Pero, en el medio, ha habido revoluciones, políticas e ideológicas demasiado importantes para ser ignoradas. El Estado de derecho se irguió en el portador de la justicia y el monopolizador de la violencia. Supuestamente imparcial, trataba de mantener "el orden y el progreso". El Progreso era factible si había Orden. Luego se comprendió que el orden sólo es posible gracias a la paz social, de la cual la pobreza y la marginalización son las peores enemigas. La paz social necesitaba un Estado distribuidor de la riqueza y de las oportunidades, si quería seguir sosteniendo el discurso democrático de la igualdad de derechos. (La otra vía para lograr la paz era el despotismo.)

El capitalismo ha ido mutando, y queriendo desembarazarse del Estado, aclamando su pronta muerte y su inutilidad, poniendo como excusa la globalización que requiere de una "libertad" que el Estado bloquea, ha dejado indefensa a la mayor parte de la población. Al tiempo que se los deja morir de hambre, sin darles ni siquiera una vía de reclamo, se les asegura que son tan ciudadanos como los otros y se los lleva de las narices a votar, con ridículas promesas e irrisorias "recompensas", alimentando el clientelismo.
Si esto no ocasionara violentas explosiones sociales, yo me preguntaría hoy qué le está pasando a la esencia humana. La injusticia es universal, pero también el ansia de justicia, pue ésta es inherente al ser humano. Aunque se derrame mucha sangre. El ser humano llega ser el más irracional de todos cuando lucha por algo que cree justo, la historia nos lo enseña con innumerables ejemplos. En una época creímos que el Estado venía a pacificar las cosas para evitar la guerra de todos contra todas, y las leyes a crear un orden para abolir la ley del más fuerte. Hoy, estamos como hace 700 años (o más), el Estado, no se sabe qué rol debe cumplir, presionado por todas partes. Los políticos piensan en su propio y único beneficio, los que no tienen nada se arman en su desesperación, los que tienen algo o poco, se arman para defenderse de aquéllos, los que tienen mucho o demasiado miran para otro lado, y esperan que los otros se maten los unos a los otros y así se dejen de joder. El paisaje social es tan desolador que las soluciones parecen aún más remotas.


Tags: Política, opinión, pobreza, derechos-humanos, Estado, violencia, capitalismo derechos humanos.