Elecciones en Argentina

¿Desorientado? Decida su voto en 5 pasos

Consejos prácticos para los ciudadanos que todavía no lograron decidir a quién quieren elegir mañana

Pasa cada dos años. En el ínterin parecen gente normal, que estudia, trabaja, cuida a su familia, vive como cualquier otro, lo más lejos posible de la política. Pero cuando llegan las elecciones emergen de su letargo, se percatan de que la urna llama a la puerta y se hacen la pregunta fatal: "¿Y ahora a quién voto?".

Desesperada, la legión de votantes desorientados sale a pedir consejos. Rara vez los obtiene.

Una concesión hay que hacerles. El panorama político no es apto para no iniciados: hay peronistas que encarnan la principal oposición a un gobierno de su mismo signo; en la mitad de las provincias, dos o más listas se arrogan la condición de representantes de la Casa Rosada; ex radicales se alían con actuales radicales para sacarle votos a la UCR, pero despotrican contra el centenario partido; un ex presidente prometió que nunca pasaría "de papa a obispo", aunque ahora quiere ser senador por La Rioja; y una candidata aspira a representar a los bonaerenses, pero está empadronada en Santa Cruz, pega afiches en la Capital y la única entrevista que dio en la campaña fue a una revista norteamericana.

¿Qué debe hacer entonces quien no tiene idea de a quién votar?

Para el humorista Mex Urtizberea, habría que crear "el partido del indeciso. Sería un candidato que duda de todo: duda de si hay que poner la pena de muerte, de si hay que hacer más escuelas, de si es mejor ser honesto que no serlo... Yo no lo votaría, pero gana seguro".

Hasta tanto se cree ese partido, habrá que seguir algunos consejos prácticos para elegir lo mejor posible entre las opciones del cuarto oscuro:

1) Lo primero es conocer qué es lo que se vota. Hay candidatos que creen que están compitiendo para presidente o en una interna peronista.

"Lo que el votante tiene que tener en claro -recomienda Enrique Pinti- es que acá se vota una renovación parlamentaria. No se vota el gobierno de la ciudad. Algunos candidatos dicen que, si los votan a ellos,
van a tapar los baches o piden: «Vótenme, que saco a los piqueteros de la calles». Pero ¡de dónde los vas
a sacar!"

En resumen: se elegirán diputados nacionales en todo el país, senadores nacionales en ocho provincias, legisladores provinciales en la mayoría de los distritos, e intendentes y concejales en varios municipios.


2) Luego se deben identificar qué candidatos se presentan en el distrito en el que uno vota. Los políticos hacen publicidad indiscriminadamente en los medios nacionales, pero no conviene entusiasmarse demasiado con una sonrisa compradora; puede pertenecer a un candidato de otra provincia.
Por ejemplo, si usted vota en la Capital, no importa cuán kirchnerista se levante mañana; no busque la boleta de Cristina Fernández: no la va a encontrar. A falta de una primera dama, deberá conformarse con expresar todo su oficialismo votando a un canciller.
Con un impedimento similar se encontrarán los fanáticos de Boca que quieran consagrar a su presidente desde alguna provincia del interior. El premio consuelo lo tendrán en la tercera sección electoral bonaerense: verán boletas con un "Macri" enorme para diputado provincial. Es en realidad el primo Jorge de Mauricio.

3) La ubicación del votante en la vereda oficialista o en la opositora puede ser un muy lógico tercer paso, aunque la lógica se evapora a la hora de encontrarle una solución. No es raro que en una provincia haya más de una lista que apoya a Kirchner. Será el dilema que enfrenten los cordobeses: si son oficialistas en lo nacional y en lo provincial, deberán votar por la lista que armó De la Sota; si son oficialistas en lo nacional y opositores en lo provincial, tendrán que optar por los candidatos que responden al intendente Juez.

Elegir un auténtico opositor no es tampoco tarea sencilla. En palabras de Pinti: "Hay gente que se queja de problemas que ha generado cuando estaba en el gobierno. Se quejan como si acabaran de bajar de un plato volador o hubieran estado estudiando y ejerciendo en Bélgica, y llegan y se encuentran que hay un 14% de analfabetos en Buenos Aires".


4) Rescatar la identidad partidaria -una buena guía años atrás- puede hoy traer más problemas que soluciones. Hay peronistas opositores, como Hilda Duhalde o Carlos Menem, y radicales oficialistas, como en Corrientes y Tierra del Fuego. Hay candidatos de centro que se dicen "progresistas", como López Murphy, y radicales de centroizquierda que, como Carrió, pregonan ante los empresarios sus preferencias por los "liberales decentes".


"Los políticos desgraciadamente tienen que cambiar de asociaciones y hacer toda una línea tortuosa de pensamiento que hace que el votante se desoriente cada vez más y se pregunte: «Pero ¿éste no estaba con Fulano y ahora está en contra de Mengano?»", sostiene Pinti. Su consejo es claro: "Uno tiene que hacer un análisis con su memoria, recordar qué hicieron los candidatos en los últimos años. Personalmente, no me gustan los candidatos que se bajan en todas las estaciones y se pasan la vida cambiando de partido. Esto a mí me da un olor a podrido que no me lo banco".

5) Por último, cuando la identificación partidaria no alcanza, aparecen formas menos ortodoxas de votar. En los últimos años se popularizaron el voto castigo (votar en contra de alguien), el voto protesta (en blanco, nulo o por Clemente) y el voto útil (votar a quien tiene chances según las encuestas). En estas elecciones, quizás haya que agregar el "voto lentejuela", disputado tête-à-tête por las vedettes Moria Casán y Zulma Faiad. Y, si no, seguir el consejo de Urtizberea para los votantes confundidos: "Hay que tratar de encontrar en los candidatos elementos con los cuales identificarse. Por ejemplo, fijarse si tiene jopo o si aparece con una remera con escote en V. También puede ser un buen criterio ver si hay alguno que no escupe cuando habla. Eso ya es bastante para un candidato".


Por Oliver Galak
De la Redacción de LA NACION

Artículo aparecido en La Nación